Los hongos shiitake también contienen interferones que son proteínas naturales que tienen fuertes efectos antivirales en el cuerpo. Los interferones tienen la capacidad de inhibir la replicación de virus, bacterias, parásitos y células cancerosas.

Los extractos de hongos shiitake contienen una cantidad significativa de 1,3 beta-glucano y lentinano, que se ha demostrado que ralentizan el crecimiento tumoral, reducen la actividad tumoral y disminuyen los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer como la quimioterapia y la radiación.

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También se sabe que los hongos shiitake ayudan ante las enfermedades cardíacas, la hepatitis y los trastornos autoinmunes como el SIDA, la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple, la enfermedad fibroquística de las mamas, el lupus, el síndrome de fatiga crónica y la fibromialgia.

Los hongos shiitake también pueden ayudar a regular la presión arterial, reducir el colesterol en la sangre, diluir la sangre y ayudar a prevenir accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos.

Los hongos shiitake contienen una excelente forma biodisponible de hierro que los convierte en una gran adición para ayudar a mantener la sangre fuerte y prevenir la anemia.

Los hongos shiitake se encuentran entre las pocas fuentes naturales de germanio, un mineral que tiene la capacidad de contrarrestar los efectos de los contaminantes y aumentar la resistencia a las enfermedades.

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Los hongos shiitake son apreciados en todo el mundo por sus propiedades medicinales y curativas.

Los hongos shiitake también son ricos en zinc, que es muy beneficioso para tratar infecciones virales y bacterianas, regular el funcionamiento de la glándula prostática y curar problemas de la piel.

Pueden añadirse a sus platos de sopa, ensalada, cereales y verduras o tomarse en forma de suplemento como cápsula, tintura o polvo.