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Publicado por: Ricardo Saenz En: Comentarios Saludables En:

¿Sabemos lo que comemos? 

7 aditivos que debemos evitar en nuestra comida.

¿Qué son y cómo afectan a nuestra salud?

Por poco observadores que seamos, seguro que hemos visto alguna vez aditivos que se cuelan en la lista de ingredientes de las comidas y bebidas que nos venden.

Los aditivos los utilizan en su mayoría para fines de conservación, y/o bajar costos de elaboración y/o para hacerlos más atractivos al consumidor.

¿Qué son los aditivos y para qué sirven este tipo de ingredientes?

Hoy encontramos aditivos en la mayoría de los alimentos procesados para modificar sus características como por ejemplo su sabor, textura, olor o color. Los fabricantes lo hacen para fines de conservación, y/o bajar costos de elaboración y/o para hacerlos más atractivos al consumidor. Al hacerlo modifican su capacidad de asimilación por nuestro organismo.

Los aditivos que se añaden terminan convirtiéndose en un componente del alimento. De ahí la importancia de que se especifiquen claramente en las etiquetas y en letra que se pueda leer, para que el consumidor pueda elegir o evitar ciertos alimentos.

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¿Por qué la industria alimenticia utiliza cada vez más aditivos en la comida procesada?

Como hoy en día nos encontramos en una tendencia hacia una alimentación más saludable, algunos fabricantes reemplazan ingredientes como el trigo (gluten), azúcar, lácteos, huevo, por aditivos sintéticos. Estos aditivos son para recuperar lo que perdieron al quitar los ingredientes originales: el sabor, aroma, textura, y aglutinantes.

Para empeorar las cosas, los fabricantes buscan los aditivos más económicos disponibles. Estos aditivos por lo general son a base de maíz y soya transgénicos, procesados con bacterias u hongos modificados genéticamente, con el objetivo de lograr aumentar al máximo su rendimiento y rentabilidad.

Por ejemplo, los fabricantes de productos alimenticios bajos en grasa adicionan almidones modificados, para servir como un "mimético de la grasa", creando "una sensación en la boca similar a la grasa", y como sustitutos de la grasa, actuando "directamente como glóbulos de grasa".

Un “queso” sin lácteos y que sabe a mozarela, debe tener saborizantes y aromas para lograrlo. Y legalmente es permitido que diga “sabor natural” en la etiqueta, aunque sea en parte sintético y nocivo.

Además, a la mayoría de los alimentos procesados “económicos” les están colocando cada vez almidones modificados para bajar el costo del producto. Es decir, si usted compra una salsa de supermercado que esperaría que fuera de solo tomate, lo más seguro es que haya sido rellenada con harinas de maíz o yuca modificadas, para bajar su costo. Lo mismo sucede con quesos, helados, yogures, panadería, jamones, salchichas, compotas, aderezos, mostazas, salsas, hasta a la miel para rendirlas y mejorar su rentabilidad.

¿Cuáles son los principales tipos de aditivos alimentarios? ¿Cómo afectan a nuestra salud?

Intentaremos arrojar algo de luz sobre qué son estos aditivos y para qué se utilizan en la industria alimentaria. Aprenderemos a identificarlos para que esta información nos ayude en el momento de nuestras compras.

Los principales tipos de aditivos alimentarios que podríamos diferenciar en la actualidad entre los utilizados por la industria de la alimentación serían:

1. Potenciadores del sabor

Son sustancias que se adicionan a los productos alimentarios para dar cuerpo, textura y para reforzar el sabor y el aroma. También estimulan el apetito, cuanto más se consume, más alimento se querrá.

Sabores naturales como por ejemplo “sabor natural a vainilla” son realmente potenciadores de sabor y con algún componente de origen vegetal, para ser aceptado como "natural".

Son aditivos sintéticos, pero también se obtienen a través de un proceso de fermentación a partir de alimentos como soya, levadura, caña de azúcar, cereales y otros.

Son neurotoxinas, por lo tanto, dañan el sistema nervioso y sobre estimulan las neuronas llevándolas al agotamiento. Activan todo tipo de alergias al ser detectadas como sustancias extrañas para el sistema inmunológico.

Se encuentra en la mayoría de los alimentos procesados en los sabores que adicionan, como en snacks, batidos, salsas, aderezos, cubitos de consomé de pollo, sopas instantáneas y en hasta pasteles.

Ejemplos: el cloruro de potasio (E- 508), el glutamato monosódico (E-621) o los ribonucleótidos de calcio (E-634).

El Glutamato Monosódico MSG, Puede aparecer con más de 20 nombres más como: extracto de levadura, extracto de proteína vegetal, levadura hidrolizada, vetsingelatina, caseinato de calcio, proteína texturizada, ácido glutámico, caseinato de sodio, saborizante natural, o realzador de sabor, entre otros.

El Cloruro de Potasio E508, se obtiene derivado de la sal del Ácido Clorhídrico E507. Puede provocar náuseas, vómitos, ulceras gástricas o incluso perforación intestinal, por lo que se considera como muy peligroso. Se usa en diversos productos alimentario como sustituto de la sal.

Ejemplo de etiqueta de una salsa de ají picante tradicional de supermercado. La cantidad de aditivos es impresionante.

2. Espesantes y Estabilizantes

Los espesantes se emplean para modificar la textura natural de los alimentos proporcionándoles una mayor densidad. Y los estabilizantes, alteran la textura y composición de los alimentos para favorecer diferentes sensaciones al tacto en comidas y bebidas.

Goma Xantan, Xantano, Goma de Maíz, entre otros. (E415), Espesante sintético y gelificante. Se suele mezclar con otras gomas y funciona como estabilizante o como espesante. Se obtiene mediante la fermentación de glucosa de maíz, soya, trigo o lactosa con bacterias. Activador de alergias e inflamación, en especial por la toxicidad de los alimentos transgénicos que la originan.

Goma Arábiga (E414), espesante natural y emulsionante. Se obtiene del árbol acacia de las regiones de Senegal y Sudán. Se usa como espesante, estabilizante y agente de transporte. Puede producir hipersensibilidad y alergias.

Goma Guar (E412), espesante natural y gelificante. Se obtiene por prensado de los granos de Guar, una legumbre asiática. Puede provocar reacciones alérgicas, náuseas, flatulencias, problemas respiratorios y en gran cantidad, obstrucción intestinal.

Maltodextrina, La maltodextrina se usa generalmente como espesante o para aumentar el volumen de un alimento procesado. También es un conservante que aumenta la vida útil de los alimentos envasados.

Es económica y fácil de producir, por lo que muy usada para espesar productos como pudines y gelatinas instantáneos, salsas y aderezos para ensaladas. También la combinan con edulcorantes artificiales para endulzar productos como frutas enlatadas, postres y bebidas en polvo.

La maltodextrina es un polvo blanco hecho de maíz, arroz, almidón de papa o trigo.

Aunque proviene de plantas, está altamente procesada. Para hacerla, primero se cocinan los almidones, y luego se agregan ácidos o enzimas como la alfa-amilasa bacteriana termoestable para descomponerlos aún más. El polvo blanco resultante es soluble en agua y su sabor es neutro.

Las maltodextrinas están estrechamente relacionadas con los sólidos del jarabe de maíz, la única diferencia es su contenido de azúcar.

Según un estudio de 2012 publicado en PLoS ONE, la maltodextrina puede cambiar la composición de las bacterias intestinales y hacerte más susceptible a enfermarte. Puede suprimir el crecimiento de probióticos en el sistema digestivo, que son importantes para la función del sistema inmune.

El mismo estudio mostró que la maltodextrina puede aumentar el crecimiento de bacterias como la E. coli, que se relaciona con trastornos autoinmunes como la enfermedad de Crohn. Si estás en riesgo de desarrollar un trastorno autoinmune o digestivo, entonces sería una buena idea evitar la maltodextrina.

Metilcelulosa (E461), estabilizante sintético y espesante. Son celulosas modificadas de origen sintético elaboradas para alimentación. También se usa para dar volumen a los alimentos. Se obtiene por el tratamiento de ácidos minerales de la alfa-celulosa extraída de fibras vegetales. Estas fibras provienen de un alto porcentaje del algodón. La celulosa no es digerible por el ser humano y no aportan calorías. Puede producir flatulencias y obstrucción intestinal. Se consideran peligrosos y aún falta más investigación sobre sus efectos a largo plazo.

Almidones Modificados – Dextrinas – (E1400). espesante natural o sintético, apelmazante, soporte para aditivos y agente de recubrimiento. Aunque puede obtenerse natural mediante fécula de tapioca, arroz o patatas, normalmente es más barato el de origen sintético derivado del almidón de maíz transgénico. En estudios con animales de laboratorio el almidón modificado arrastra restos calcáreos a los riñones y la pelvis, por el momento se realizan más prueba para investigar si consumido a largo plazo podría tener el mismo efecto nocivo en el cuerpo humano.

Ejemplos: el almidón ácido (E-1401), el almidón alcalino modificado (E1402) o el fosfato monoalmidón.

3. Emulsionantes

Sirven para propiciar la mezcla de dos o más alimentos que son difíciles de mezclar entre sí. Ejemplos: los lacilatos sódicos (E-481) o las lecitinas (E-322).

La Lecitina de Soya (E322), es emulsionante natural. Se obtiene por extracción de la soya. Se emplea para poder mezclar agua y aceites/grasas. En la mayoría de los textos la consideran de baja toxicidad, pero la soya que utilizan es transgénica y cultivada industrialmente con herbicidas, termina siendo alérgica y toxica para nuestro cuerpo.

Una mejor opción es La lecitina de girasol es una mejor alternativa que la lecitina de soya porque se puede extraer sin el uso de solventes químicos agresivos.

4. Antioxidantes Sintéticos

Se utilizan para reducir el efecto de la oxidación de los alimentos por el contacto con el aire y la acción de radicales libres. Pueden basar su función en el potenciamiento de las propiedades antioxidantes de los alimentos o en su acción contra los agentes oxidantes. Ejemplos: el disulfito de sodio (E-223) o el ácido ascórbico (E-300).

El Ácido Ascórbico, vitamina C sintética (E300), lo contienen muchos jugos y productos “saludables” están cargados con ácido ascórbico, incluso muchas versiones orgánicas de alimentos saludables. Parece que, si un producto está etiquetado como "rico en vitamina C", los consumidores comprarán más.

El ácido ascórbico es en realidad vitamina C sintética, generalmente derivada del maíz transgénico, que lo vuelve tóxico adicionalmente por el uso de herbicidas.

El BHA (E320) y el BHT (E321), son antioxidantes de origen sintético. Proceden de la industria petrolera y se utilizan en alimentación para evitar la degradación de las grasas. Puede perjudicar las funciones del hígado y potenciar la aparición de canceres. Se encuentra en snacks salados como el maní de paquete. Esta ya prohibido en países desarrollados, pero en Latinoamérica aún lo usan.

Ejemplo de etiqueta de una leche de nueces tradicional de supermercado.

5. Colorantes

Se utilizan para devolver a los alimentos el color que han perdido durante los procesos de elaboración, para mejorar su aspecto o para modificar su color natural.

Ejemplos: las xantofilas (E-161), el dióxido de titanio (E-171) o la eritrosina (E-127), Tartrazina (E102), colorante amarillo artificial del cual se conoce su alta toxicidad y a pesar de ello está permitido.

6. Conservantes

Se emplean para alargar la vida útil de los alimentos y garantizar su inocuidad, reduciendo el efecto degradador de los microorganismos.

Ejemplos: el hidroxilo propilo (E-216), el difenilo (E-230) o el ácido bórico (E-240), Benzoato sódico, sal sódica (E211), considerado peligroso con graves daños celulares que desactivan partes vitales del ADN. Benzoato de Potasio (E212), desencadenan alergias y su acumulación en el organismo puede tener riesgos de producir cáncer.

7. Edulcorantes

Se usan, principalmente, para sustituir al azúcar como generador del sabor dulce en alimentos en los que se quiere mantener un índice calórico bajo o en alimentos específicos para diabéticos.

Ejemplos: el sorbitol (E-420) o el manitol (E-421).

La Sucralosa (E955), Se obtiene de la sacarosa (azúcar común) tratada con cloro. Comercializada bajo la marca Splenda, es el endulzante artificial de mayor venta en todo el mundo, y esta dirigida específicamente para la pérdida de peso o para el control de la diabetes. Cada vez más investigaciones demuestran que este producto no sólo tiende a empeorar estos dos problemas, sino que también está relacionado con otra gran variedad de efectos secundarios incluyendo la destrucción de la flora intestinal y producir daños severos en el ADN.



Existen muchos aditivos, y cada día se están creando nuevas sustancias para la industria alimentaria. El avance de la manipulación genética nos esta llevando a aditivos super especializados, diseñados para lograr el mayor rendimiento económico sin importar el cuidado de la salud. Esclavizan bacterias, que han sido modificadas genéticamente, para transformar sustancias en aditivos altamente rentables. Lo hacen, utilizando la materia prima más disponible y barata del mercado, los restos de cultivos de soya y maíz transgénicos, donde utilizaron todo tipo de pesticidas y herbicidas tóxicos.

La oferta de alimentos procesados saludables, deben evitar este camino a pesar del mayor costo. Cada vez más crece el conocimiento de las personas en evitar toda sustancia nociva en la comida, en especial para sus hijos, para prevenir enfermedades en el futuro.

Fuentes,

Libro “Alimentación sana vs, transgénicos, aditivos, nanotecnología, autores Albert Ronald Morales, Jeanette Jaime González.

https://www.aditivos-alimentarios.com

Are ‘Natural Flavors’ Really Natural? The New York Times

https://www.enestadocrudo.com/aditivos-alimentarios/

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